Estrategia emocional
Cuando nos encontramos en medio de la toma de una importante decisión, cuando tratamos de dar forma a nuestras acciones, más allá de nuestra racionalidad nos detenemos a percibir nuestros sentimientos, estos tienen aún más importancia sobre nuestras decisiones que la misma racionalidad o inteligencia.
Las emociones rigen nuestra vida y nuestra conducta, ellas nos acompañan desde todo el desarrollo de nuestra vida, nuestra cultura, desde nuestros ancestros, las emociones pueden ser un disparador de acciones o un paralizador de acciones según la dejemos dominar.
La palabra emoción viene de motere del verbo latino “mover” además del prefijo “e” que significa “alejarse” lo que sugiere que en toda emoción hay implícita una tendencia a actuar.
Tal es el caso de la ira que nos mueve a golpear o actuar de una manera agresiva.
El miedo, que nos puede paralizar o nos mueve a correr o huir.
El amor, nos genera calma y satisfacción.
Y un sinfín de emociones, ¿pero de que nos sirve realmente saber esto? en cada encuentro que nosotros tenemos, de negocios, amoroso, amistoso intercambiamos un cumulo de emociones, lo que proyectamos día a día es nuestro estado emocional, eso influye en la manera que la gente nos percibe, está demostrado que imitar la expresión facial de una persona con la que hablamos nos puede hacer sentir exactamente el mismo sentimiento, esto puede ser conciente inconcientemente, podemos experimentar caminando por la calle imitando la expresión de las personas con quien cruzamos, unas siente ira, otras triztesa, otras felicidad, podeos intentar cambiar sus emociones, si alguien tiene una expresión triste, solo basta con mirarlo y sonreír para que en un efecto de reflejo esa persona imite nuestros movimientos faciales y por ende sentirá realmente que está feliz.
¡Si¡ ese es el punto, el ser humano se mueve más por las emociones y los sentimientos que por la razón y la inteligencia, para tomar decisiones o acciones ¿podemos realmente influir en las personas a nivel emocional? La respuesta es sí, pero no podemos hacerlo sin antes dominar nuestras propias emociones.
Cualquiera puede ponerse furioso… eso es fácil. Pero estar furioso, con la persona correcta, en el momento correcto, por el motivo correcto y de la forma correcta… eso no es fácil.
Aristóteles, Ética a Nicómaco
Podemos aprender técnicas para dominar nuestras emociones, enlisto unos sencillos pasos y en lo que nos beneficia, aclaró que esto solo es la punta del iceberg ya que los especialistas pueden guiarnos a través de métodos adecuados a cada tipo de personalidad.
1.-Autoconocerse emocionalmente.
Mejora el reconocimiento y la designación de las propias emociones.
Mayor capacidad para entender las causas de los sentimientos.
Reconocimiento de la diferencia entre sentimientos y acciones.
2.-Manejar las emociones
Mayor tolerancia ante las frustraciones y control del enojo
Menos comportamiento agresivo autodestructivo
Mas sentimientos positivos sobre uno mismo
Mejor anejo del estrés
Menos soledad y ansiedad social
3.-Aprovechamiento productivo de las emociones
Más responsabilidad
Mayor capacidad de concentración
Menos impulsividad , mayor autocontrol
Dominando nuestras emociones, utilizándolas con estrategia e inteligencia nos hará vivir la vida personal, familiar, profesional y laboral de otra manera, además nos permite contribuir muy positivamente y son clave en el manejo de las relaciones interpersonales aumentaremos la habilidad para analizar y comprender las relaciones, mejorar la resolución de conflictos y desacuerdos, mayor habilidad y actitud positiva en la comunicación, más actitud pro social y en grupo, mayor cooperación, ayuda y actitud de compartir, actitud más democrática en el trato con otros.
¡Muchas ventajas cierto ¡
No lo pienses más, puedes iniciar tratando de reconocer como te hacen sentir tus emociones en el momento que las vives, eso te dará la pauta para cambiar el rumbo a un estado más positivo, o acércate a un profesional que te dirá como ejercitar tu inteligencia emocional y te acompañara en el proceso.
Estaré encantado de conocer su opinión sobre este tema.
Bibliografía: “inteligencia emocional” Daniel Goleman 1995
